Mapa mas allá de la «zona de confort»

«Me atrevo a todo a lo que se atreva un hombre. Nadie se atreve más». – Macbeth. – V de Vendetta

La vida en ocasiones nos lleva a encrucijadas en las que debemos elegir por qué sendero continuar. Decidir si retornar por el camino conocido o emprender nuevos caminos por descubrir no es baladí. ¿Por qué? Porque supone arriesgar nuestro estado de bienestar, nos obliga a salir de nuestra zona de confort y nos sobreviene el miedo a lo desconocido, a lo que está por llegar. Se podría decir que perdemos la ilusión de control que tenemos sobre nuestras vidas.

Hoy escribo algunas lineas sobre como afrontar las decisiones que tomamos en nuestras vidas; mostrando uno de los prismas de muchas caras tras el que mirarnos para no caer en el arrepentimiento y coger fuerzas para seguir hacia delante ante las adversidades.

Tras rememorar situaciones pasadas y reflexionar sobre ellas, allá vamos:

Carta de navegación para creadores de caminos:

  1. Motivación. Has emprendido o estás a punto de emprender un nuevo camino porque sabes exactamente adonde conduce el actual. Sabes como te hace sentir esa situación y sabes perfectamente que no es ahí donde quieres estar. Recordarlo te dará fuerzas en momentos de duda.
  2. Maleta. Prepárate psicológicamente desmontando miedos e inseguridades. Pregúntate en que se fundamentan, llega hasta el fondo  de todas las situaciones a las que tengas aversión y poco a poco irás descubriendo que nada puede ocurrirte, pues ocurra lo que ocurra seguirás conservando tu integridad y dignidad, tus ideales y moralidad, tu autoestima y tu personalidad. Al final descubrirás que «todo lo que tienes es lo todo eres» y eso nada ni nadie te lo podrá arrebatar.
  3. Duelo. Acepta que el dolor es parte de la vida. No lo temas cuando venga ya que te empujará a crecer. Si bien, no te regocijes en el sufrimiento. Si tu mente se vuelve un torbellino, párate y recuerda que lo que te está haciendo daño no es la situación en si, sino tu juicio sobre ella, tu forma de verla.
  4. Suelta. No quieras que las cosas ocurran como tu quieras. Mejor quiere que las cosas ocurran tal y como ocurran. De esta forma serás feliz vayas donde vayas.
  5. Mirada. Siempre hay dos formas de ver una situación, la que nos la hace llevadera y la que nos la hace insoportable. Busca siempre el primer enfoque.
  6. Héroe. Adáptate a los imprevistos. Pregúntate que haría tu héroe en esa situación.
  7. Vuela. Tu hogar no es algo material. Tu hogar está donde tú estés, porque eres tu quien lo hace posible.
  8. Brújula. Si te sientes perdido o superado, recuerda los 7 puntos cardinales de los Lakotas. Tú siempre estas en el centro, tu eres lo más importante, lo demás puede esperar.
  9. Paracaídas. Podemos decidir como actuar pero no está en nuestras manos garantizar el éxito. Ten un plan de contención por si hay que redefinir la ruta.
  10. Dialoga. Las buenas conversaciones abren las puertas al autoconocimiento.
  11. Bitácora. No es todo o nada, no es ganar o perder. Es aprendizaje o lograr el propósito. Escribe todo aquello que hayas aprendido y reflexiona sobre ello.

Estas pautas, que hoy comparto contigo, son pequeños flotadores a los que poder recurrir siempre que los necesites.

Si bien, si me pidieses resumir todo en un único renglón, te diría:


 Ríe siempre que puedas, llora cuando lo necesites y disfruta del viaje


 

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